jueves, 21 de enero de 2010

Edición Especial. 25 Años desde que Juan Pablo II coronara a Mamita de Chapi y beatificara a Sor Ana de los Ángeles

Arequipa madrugó para esperar a S.S. Juan Pablo. Presidía el gran estrado papal, la hermosa imagen de Nuestra Señora de Chapi. La Virgen de grandes ojos melancólicos. Al pie del estrado y cerca de la escalinata por la que debía subir el Papa, se encontraba la imagen de Sor Ana de los Angeles Monteagudo, que aquella dichosa mañana sería beatificada por el Papa. Cuatrocientos años, poco más, poco menos, aguardó esta religiosa arequipeña para llegar a los altares.
El escenario de todos estos acontecimientos para la Historia de Arequipa era el Estadio de la Universidad Nacional de San Agustín, completamente lleno, como tal vez jamas había estado desde su construcción. Hasta allí llegaría la Santísima Virgen de Chapi, desprovista de su corona al igual que el Niño Jesús, cuyas imagenes fueron devotamente conducidas en medio de los aplausos de la multitud reunida, que ovacionaba a su "Mamita". En este lugar, mudo testigo de dos hechos históricos para el Perú: La BEATIFICACION de SOR ANA DE LOS ANGELES MONTEAGUDO en su misma tierra, y la CORONACION DE LA VIRGEN DE CHAPI, en este suelo arequipeño que dificilmente olvidará estos momentos.

El Papa celebró en Arequipa lo que él llamó: La Fiesta del mensaje de la Luz y la vida. Era una referencia directa a la luminosa vida de Sor Ana de los Angeles Monteagudo, una mujer que vivió en el Convento de Santa Catalina para dedicarse a la contemplación y al Servicio de Dios.
La imagen de Sor ana tiene una cara tanto pálida y viste un hábito de golondrina blanco y negro. Luego que el Papa la beatificó, Sor Ana, en calidad de BEATA, está lista para subir a los altares.
Fué toda una exclamación estentórea cuando el Papa habló de los Characatos, porque entonces, la nacionalidad arequipeña quedó sellada, oleada y sacramentada nada menos que por un Sumo Pontífice. Los minusválidos estaban en primera fila y una niña hacía todo lo posible por aplaudir, con sus manitas mutiladas.



BEATIFICACION DE LA VENERABLE SOR ANA DE LOS ANGELES MONTEAGUDO


Este día el Papa Juan Pablo II celebró la PRIMERA MISA EN EL PERU, celebrando la fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo y la Purificación de Nuestra Señora, no pudo ser en mejor momento, simplemente fué preciso. Sor Ana de los Angeles Monteagudo, religiosa dominica, nacida en esta Ciudad, fué solemnemente Beatificada, con la siguiente fórmula.
FORMULA DE BEATIFICACION
Nos, acogiendo los deseos de nuestro hermano Fernando Vargas Ruiz de Somocurcio, Arzobispo de Arequipa, así como de otros muchos hermanos en el Episcopado, y de numerosos fieles, después de haber escuchado el parecer de la Sagrada congregación para las Causas de los Santos, con nuestra Autoridad Apostólica declaramos que la Venerable Sierva de Dios, Ana de los Angeles Monteagudo, religiosa dominica, de ahora en adelante puede ser llamada Beata, y que se podrá celebrar su fiesta en los lugares y del modo establecido por el derecho, el día diez de Enero, día de su tránsito para el cielo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Su Imagen, hermoso lienzo colonial, se encontraba exornado por un halo de plata, que anticipaba el momento grande para la Ciudad del Misti, como en ningún otro momento de la Historia de Arequipa, los corazones vitorearon y agradecieron a los cielos este obsequio que les brindaba con estos acontecimientos.


CORONACION CANONICA DE NUESTRA SEÑORA DE CHAPI

Esta sería la tercera visita que la imagen de Nuestra Señora de Chapi realizaría a la Ciudad de Arequipa (luego de las antes realizadas en 1904 y 1983). En horas de la madrugada del sábado, en forma privada y utilizando un helicóptero de la Fuerza Aerea del Perú, arribó a la Ciudad del Misti en el campo deportivo de la Universidad Nacional de San Agustín.
Luego de ser adecuadamente colocada sobre pequeñas andas, la sagrada imagen era llevada en hombros al campo papal, donde la recibió alborozada la multitud que la vitoreaba y aplaudía mientras era ubicada muy cerca del Solio Pontificio.
Y cuando los relojes marcaban las 12,09 minutos del medio día, el cielo se había nublado, con un poco de viento y después de la homilía en la que el Santo Padre Juan Pablo II pidió que la paz ilumine a los hombres y que juntos prefesemos con él la fe en Cristo que ha iluminado esta tierra, procedió a dar inicio al acto de la Coronación.

El Santo Padre junto al Sillón Papal rezó las siguientes oraciones: Bendito eres, Señor, Dios del cielo y de la tierra que con tu misericordia y justicia dispersas a los soberbios y enalteces a los humildes; de este admirable designio de tu providencia nos has dejado un ejemplo sublime en el verbo encarnado y en su Virgen Madre: Tu hijo que voluntariamente se rebajó hasta la muerte de cruz, resplandece de gloria eterna y está sentado a la derecha como Rey de reyes y Señor de señores, y la Virgen que quiso llamarse esclava, fue elegida Madre del Redentor y verdadera Madre de los que viven, y ahora exaltada sobre los coros de los ángeles, reina gloriosamente con su hijo, intercediendo por todos los hombres como abogada de la gracia y reina de Misericordia.
"Misa Señor benignamente a estos tus siervos que, al ceñir con una corona visible la imagen de Cristo y de su Madre bajo la advocación de la Santísima Virgen de Chapi reconocen que tu Hijo es Rey del universo e invocan como Reina a la Virgen María".
"Haz que, siguiendo su ejemplo, te consagren su vida, y cumpliendo la ley del amor, se sirvan mutuamente con diligencia, que se nieguen a sí mismos y con entrega generosa ganen para ti a tus hermanos; que, buscando la humildad en la tierra sean un día elevados a las alturas del cielo, donde Tu mismo pones sobre la cabeza de tus fieles la corona de la vida. Por Jesucristo Nuestro Señor", concluyó la oración a la que con gran unción y al unísono el ferviente pueblo arequipeño congregado en el Campo respondió un sonoro Amén.
Seguidamente su Santidad Juan Pablo II roció con agua bendita las coronas de la Virgen Santísima y el Niño Jesús, y procedió a CORONAR CANONICAMENTE, primero al Hijo y luego a la Madre a las 12,13 del medio día, ante los estruendosos aplausos del pueblo Arequipeño. Luego del acto de la Coronación, el Papa dejó de obsequio en recuerdo de su visita, un hermoso rosario de oro, su Santidad la proclamó en esta ocasión como REINA Y SEÑORA DE AREQUIPA.
Al concluir estas gratas celebraciones, la Santísima Virgen fué conducida al Helicóptero de la Fuerza Aérea del Perú en horas de la tarde, sobrevolando por tres veces la Ciudad a manera de un significativo adios a sus miles de devotos.

Gracias Madre por darnos al Papa Juan pablo II, y por permitir que pisando nuestra Tierra, deposite la Corona que te mereces como Reyna de Todo lo creado y en cuanto a nosotros reafirmamos nuestro compromiso de ser tuyos y tú siempre Nuestra Reyna.